Las principales diferencias entre uno y otro son:
Morfología: el vaper se compone de dos piezas separables, el mod y el atomizador, parte superior donde se almacena el líquido inhalable y guarda la resistencia que calienta el líquido.
Potencia: Por lo general el vaper tradicional cuenta con resistencias con una potencia que va desde los 30 hasta los 250 wattios. En cambio los pod incorporan resistencias de 8 a 20 wattios. ¿La diferencia? Básicamente está en la intensidad del sabor y volumen de vapor.
Funcionamiento: El pod es un dispositivo automático, es decir, libera el vapor al inhalar, sin necesidad de pulsar el botón. El vape, por su parte, tiene un dispositivo manual que libera vapor al pulsar un botón.
Experiencia: El pod tiene una experiencia similar a la del cigarrillo: calada boca-pulmón. El vape es más parecido a una shisha: calada directa al pulmón.
Consumo: El pod, generalmente, es un dispositivo cerrado que funciona con cápsulas consumibles. También los podemos ver desechables 100%. Por otro lado, el vape convencional dispone de un tanque rellenable.
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